EL MUNDO NECESITA HÉROES.

Si, si. Esta es la buena. Por fin voy a hablar de Overwatch. Pero antes de nada he de comentaros un pequeño detalle, y es que a este duelo de titanes se une un tercer rival. Os estaréis preguntando cuál es, ¿no? Pues se trata de Paragon, que aunque es un poco diferente a Battleborn y Overwatch, es sin duda un claro competidor que yo habría pasado por alto si no fuera por un amigo, que me lo mencionó. No tengo ojos en todas partes, ¿vale? Yo también cometo errores.

Bueno, pasando por alto esta pequeña aclaración toca meterse en materia. ¿Qué es Overwatch? Pues mirad, como Battleborn, se trata de un shooter en primera persona con toquecillos MOBA, pero la diferencia radica en que la empresa encargada de su desarrollo no es ni más ni menos que Blizzard Entertainment. Ya solo con este dato nos podemos esperar un juego de altísima calidad, ya que Activision suele poner mucha pasta para que sus juegos salgan con calidad (bueno, solo a veces).

 

El juego se ambienta en una realidad ficticia, un mundo sumido en la anarquía (muy original, ¿eh?). Para poner fin a esta situación, se funda una fuerza de elite internacional llamada Overwatch. Esta fuerza la forman héroes de todos los países. Pero se ve que la cosa va mal, así que esta organización desaparece igual de rápido que el dinero de mi cartera.

Overwatch, a diferencia de Battleborn, no cuenta con campaña. Todo el potencial del juego se centra en su multijugador. Y aquí he de decir que me parece más dinámico y divertido que el de Battleborn. Así, por ejemplo, entre su amplia variedad de héroes a elegir, podemos encontrarnos con algunos que usan espadas y arcos, otros que llevan fusiles de asalto, otros que te atacan con el sonido, otros que se ponen armaduras biónicas al estilo Iron-Man, y alguno que otro que va por ahí volando. Si queréis verlos todos, podéis visitar la página oficial de Overwatch.

En cuanto a mapas y modos sabemos poco. Tenemos unos cuantos mapitas ambientados en distintas partes del mundo y dos modos de juego: escolta y asalto. En el primero los atacantes deben mover la carga al punto de entrega, mientras los defensores tratan de detenerlos; mientras que en asalto dos equipos luchan por el control del mapa, uno en la ofensiva y el otro en la defensiva. La meta de los atacantes es capturar los objetivos importantes, mientras que los defensores deben mantenerlos bajo su control hasta que se termine el tiempo.

Por último, queda mencionar la existencia, como en todo juego de Blizzard, de un amplio sistema de progresión que otorgará múltiples recompensas a aquellos que más horitas le dediquen al juego. A mi de momento me tiene entretenido Dark Souls 3, y no creo que me lo acabe mañana.

Y nada más os tengo que decir. Bueno si, que tal vez la próxima entrada sea un tanto especial, ahí lo dejo. Mientras tanto, echadle un ojo al trailer de Overwatch.